Todo apunta a que en 2021 se ha recompuesto suficientemente el sistema de representación política en el Estado español. Como ya hemos expuesto en textos anteriores, la esencia económica y de clase de ese sistema nunca estuvo en entredicho, asumiéndose el desgaste de la crisis de 2007 al nivel de los partidos y las personalidades que habían jugado papeles protagonistas en la ilusión democrática (“son unos corruptos”, “no nos representan”, etc.). En la última década fue necesario crear varios partidos políticos para que recondujeran el desencanto con la “clase política” de vuelta al mismo sistema de representación que había llegado a no representar a nadie, y para ...
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